Los mexicanos han adquirido la capacidad y la necesidad de llevarse bien con la gente en un estilo suave y no confrontacional en el contexto de una filosofía de la vida que impone la automodificación (cambiar y adaptarse a las necesidades y los deseos de los demás) y la obediencia (obedecer a los padres y a los detentores del poder a cambio de protección, de amor y atención) como medios apropiados para las relaciones personales.
Desde el punto de vista social los mexicanos tienen que ser: respetuosos, amables, decentes, amistosos, agradables, educados, corteses y considerados, valores vitales para la convivencia, pues sólo así nos llevaremos bien con todos.